Un sistema operativo (SO) heredado es una plataforma que ya no se utiliza mucho debido a la disponibilidad de versiones más nuevas o actualizadas. Una vez que un sistema operativo ha llegado al final de su vida útil, el desarrollador interrumpe su soporte y deja de publicar parches o actualizaciones para este, a menos que se considere extremadamente crítico.
Microsoft ha anunciado que los sistemas Windows 7 y los servidores que funcionan con Server 2008 R2 han llegado recientemente al final de su vida útil. Sin embargo, los informes predicen que Windows 7 representará el 20 por ciento de todos los sistemas Windows, incluso en febrero de 2021, un año después de que se suspendiera el soporte. La falta de parches o actualizaciones constantes para este sistema operativo heredado expondría a sus usuarios a una plétora de vulnerabilidades de seguridad sin correcciones disponibles.
A pesar de los riesgos, muchas organizaciones siguen aferrándose a un sistema operativo heredado. Algunos factores que les impulsan a tomar esta decisión son:
Las aplicaciones son los mayores vectores de amenaza en cualquier organización, y cuando se ven obligadas a operar dentro de un sistema operativo heredado arriesgado, es vital optar por una solución de control de aplicaciones que garantice la seguridad. Algunas funciones como listas de aplicaciones permitidas, listas de aplicaciones bloqueadas y gestión de privilegios de endpoints se deben utilizar de forma concertada para crear una barrera contra las ciberamenazas.
Al crear políticas basadas en una lista de permitidos y lista de bloqueados, se comprobará cada aplicación y se permitirá su ejecución, solo si está autorizada. Esto permite a las organizaciones crear listas centradas en la confianza que contengan únicamente aplicaciones críticas para el negocio. Además, también se pueden usar las funciones de gestión de privilegios del endpoint para establecer el principio del mínimo privilegio. Esto garantiza que incluso las aplicaciones que superen la comprobación de autoridad solo podrán ejecutarse con el mínimo privilegio necesario para el trabajo, reforzando así la seguridad de los sistemas heredados.
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