La gestión del rendimiento de las aplicaciones (APM) es un proceso importante que implica monitorear, medir y optimizar el rendimiento de las aplicaciones para garantizar la calidad de servicio deseada y la satisfacción de los usuarios. Esto implica supervisar constantemente el rendimiento de las aplicaciones, así como abordar eficazmente cualquier problema que pueda surgir para mejorar las operaciones comerciales.
El acrónimo APM también significa monitoreo del rendimiento de las aplicaciones, que le recordamos que es una rama de la gestión del rendimiento de las aplicaciones. Mientras que el monitoreo del rendimiento de las aplicaciones se centra en monitorear y detectar problemas de rendimiento de forma proactiva, la gestión del rendimiento de las aplicaciones adopta un enfoque más integral para gestionar y optimizar el rendimiento de una aplicación de principio a fin para lograr resultados empresariales satisfactorios. En resumen, el monitoreo es un subconjunto de la gestión en lo que respecta a supervisar el rendimiento de las aplicaciones.
Para gestionar eficazmente el rendimiento de las aplicaciones, es fundamental disponer de una visión completa del rendimiento de su aplicación de principio a fin. Esto significa monitorear y analizar cada aspecto de la aplicación, desde la interfaz de usuario hasta la infraestructura backend. Al tener una comprensión holística del rendimiento de su aplicación, puede identificar y abordar cualquier problema que pueda surgir, optimizar el rendimiento y, en última instancia, ofrecer una mejor experiencia a sus usuarios. Estos son algunos de los componentes básicos que intervienen en el APM:
Evaluar la eficiencia de su aplicación es crucial para optimizar su rendimiento y mejorar las operaciones empresariales. Tras el desarrollo y la implementación de la aplicación, es necesario monitorear continuamente el rendimiento para detectar y solucionar rápidamente cualquier problema que pueda surgir. La información en tiempo real sobre el funcionamiento interno de la aplicación puede mejorar significativamente la precisión de los resultados empresariales. Supervisar las transacciones individuales, las llamadas a la base de datos, los perfiles de subprocesos, y los informes de errores puede ayudar a identificar y corregir cualquier ralentización. Analizar las conexiones entre los distintos componentes de la aplicación con la ayuda de mapas de servicios automatizados también puede facilitar enormemente la resolución de problemas e incidentes antes de que afecten a las operaciones empresariales.

Muchas empresas utilizan diversos sistemas para dar soporte a sus aplicaciones, como servidores, bases de datos, redes, servidores de aplicaciones, entre otros. A medida que las empresas adoptan la nube y las últimas plataformas tecnológicas, el monitoreo de nube abarca ahora una colección de entornos virtualizados, infraestructura de nube, microservicios y contenedores. Conocer en profundidad el funcionamiento de estos componentes ayuda a garantizar que se satisfacen las necesidades de rendimiento de la aplicación y que los problemas pueden identificarse y resolverse oportunamente, lo que permite mejorar el rendimiento, planificar la capacidad y controlar los costos.

Garantizar una experiencia de usuario positiva es esencial para el éxito de las aplicaciones empresariales. Monitorear el frontend, además de entender el backend, garantiza una experiencia eficiente. Descuidar el frontend puede provocar la frustración de los usuarios, una menor satisfacción y una menor retención. Al monitorear la experiencia del usuario real de una aplicación web y el rendimiento del back-end (simulando las acciones de los usuarios, dando seguimiento a las URL de las páginas, supervisando las API, etc.), las empresas pueden obtener información en tiempo real sobre la participación de los usuarios desde distintos lugares, mejorar la fidelidad de los clientes, reducir costos y aumentar los ingresos.
En un entorno empresarial en rápida evolución, para lograr una gestión eficiente del rendimiento de las aplicaciones se deben comprender las interdependencias entre los elementos de la infraestructura. Esto implica obtener una visión global de cómo están interconectados los recursos y los elementos de infraestructura dentro de una aplicación. Al descubrir aplicaciones de forma consistente, crear mapas de dependencias y actualizarlos con los recursos recién descubiertos, las organizaciones pueden garantizar una experiencia de usuario óptima identificando y resolviendo de forma proactiva los posibles problemas antes de que se agraven, minimizando el tiempo de inactividad.
Obtener alertas en tiempo real es un requisito crucial de la APM para detectar problemas de rendimiento e inactividad de las aplicaciones. Estas alertas deben tener umbrales configurables para las métricas individuales y la aplicación global a nivel granular. Recibir notificaciones a través de múltiples canales como el correo electrónico, SMS, mensajes de Slack, junto con las integraciones de herramientas ITSM como ServiceNow, ManageEngine ServiceDesk Plus permite a los administradores una rápida resolución de problemas. Además, deben tener la capacidad de realizar acciones preconfiguradas y automatizadas, como ejecutar scripts, reiniciar equipos virtuales o ejecutar operaciones MBean, lo que puede agilizar la resolución de los problemas que puedan surgir.

Es crucial obtener un análisis exhaustivo del rendimiento de su infraestructura de aplicaciones para poder supervisar y medir el rendimiento de sus aplicaciones a lo largo del tiempo. Aunque monitorear toda su pila de aplicaciones puede ayudarle mucho a supervisar el rendimiento, obtener una visión profunda de cómo está funcionando su aplicación con respecto a sus diferentes componentes puede ayudarle a comprender cómo está funcionando realmente la infraestructura de su aplicación, especialmente cuando su aplicación opera en una arquitectura híbrida o de microservicios. Esto puede ayudarle a identificar posibles áreas de mejora, prever el rendimiento de la aplicación y detectar problemas complejos justo a tiempo.
A primera vista, la APM y la observabilidad pueden parecer similares, ya que ambas implican recopilar datos de diversas fuentes y ofrecen información detallada sobre el rendimiento. Sin embargo, la APM se centra principalmente en depurar las aplicaciones, mientras que la observabilidad permite comprenderlas.
La APM monitorea lo que sucede dentro de una aplicación específica y sus llamadas al sistema backend, pero carece del contexto más amplio de todo el sistema. La observabilidad proporciona un contexto y una comprensión más amplios de cómo interactúan los distintos componentes y servicios. Además, la observabilidad proporciona una comprensión exhaustiva de los elementos técnicos que influyen en el rendimiento de las aplicaciones. Al analizar y correlacionar logs, métricas y trazas, identifica la causa subyacente de los problemas de rendimiento, y ayuda a solucionar problemas complejos en entornos de sistemas dinámicos.
ManageEngine Applications Manager sirve como una herramienta robusta para monitorear la infraestructura de su negocio proporcionando las siguientes funciones:
Una solución de APM ofrece información valiosa sobre el rendimiento de las aplicaciones, empoderando a los administradores de TI y DevOps para gestionar de forma efectiva la disponibilidad, el rendimiento y las interacciones con el usuario final. Al detectar con rapidez cualquier problema potencial, las herramientas de APM minimizan eficazmente la inactividad, lo que se traduce en una experiencia de software fluida y eficiente para los usuarios finales.
APM tiene dos significados, según sus siglas en inglés:
A medida que avanza la tecnología y crecen las expectativas de los clientes, las empresas adoptan microservicios y arquitecturas nativas de la nube para mejorar el rendimiento de las aplicaciones y seguir siendo competitivas. Este enfoque implica construir componentes de aplicaciones como microservicios y utilizar infraestructuras distribuidas como contenedores, VM, aplicaciones sin servidor o en la nube. Esto permite escalar de forma independiente y reduce el impacto de las interrupciones tecnológicas en las actividades empresariales diarias, los ingresos y la reputación de la marca.
Para garantizar un alto rendimiento de las aplicaciones, es crucial tener una visibilidad profunda de sus componentes, desde el frontend hasta el backend. Esta observabilidad en tiempo real ayuda a identificar y resolver los problemas antes de que afecten a los usuarios finales, proporcionando una óptima experiencia digital. Dado que las aplicaciones modernas tienen una estructura compleja y dinámica, la APM es crucial para mantener sus aplicaciones funcionando de forma óptima. Es fundamental porque las aplicaciones suelen representar a la marca. Sin una herramienta de APM, podría ser extenuante localizar los problemas y resolverlos, lo que aumenta la probabilidad de una mala experiencia del usuario final. También puede reducir los costos operativos y aumentar los ingresos y las ventas.
A continuación, se exponen algunos de los retos que presenta el APM:
Nos permite realizar un seguimiento de métricas cruciales como los tiempos de respuesta, la utilización de recursos, las tasas de error y el rendimiento de las transacciones. Las alertas de monitoreo en tiempo real nos notifican rápidamente sobre cualquier problema o anomalía, lo que nos permite tomar medidas inmediatas.
Industria: Investigación y desarrollo