Una base de clientes cada vez más móvil y experta en tecnología, y la llegada de las fintech y los agentes nativos digitales han dado paso a una competencia más feroz en el sector de los servicios financieros. La introducción de nuevas normativas y la consumerización impulsada por el aumento de la competencia han empujado a los bancos a centrar sus esfuerzos y su capital en tecnologías orientadas al consumidor. Las entidades financieras necesitan ofrecer la mejor experiencia posible a sus clientes para diferenciarse de la competencia.
En consecuencia, el sector de la banca y las finanzas está cada vez más orientado a la tecnología y los datos, y los principales factores de diferenciación son una experiencia del cliente excepcional y una priorización de la seguridad.
Debido a estos factores, la mayoría de las instituciones bancarias y de servicios financieros tienen un largo camino por recorrer en su viaje hacia la transformación digital, cuyo éxito depende en gran medida de sus departamentos de TI. Además, los retos y disrupciones provocados por la pandemia obligaron a los bancos y otras instituciones de servicios financieros a ser más ágiles y responder con rapidez a la nueva normalidad impulsada por la pandemia. La combinación entre la transformación digital continua y las nuevas modalidades de trabajo significa que los departamentos de TI necesitan reforzar los sistemas críticos para el negocio y ofrecer servicios empresariales a los empleados en todo momento. Sin una plataforma de gestión de servicios eficaz que se alinee con las mejores prácticas estándar del sector, los departamentos de TI y empresariales de los bancos se enfrentan a una ardua batalla para gestionar los servicios y ofrecer una experiencia de usuario final excepcional.
Algunos de los retos a los que pueden enfrentarse son:
















